sábado, 22 de noviembre de 2008

BREVE RESEÑA HISTÓRICA

En el siglo XVII (la época de la Ilustración) el hombre sintió el impulso de conocerse mejor a sí mismo y al mundo que le rodeaba. Por eso, para Horace Bénedict de Saussure, naturalista, físico y profesor de filosofía experimental en la universidad de Ginebra, la conquista de las montañas representaba un medio para llevar a cabo ciertos experimentos y alcanzar una verdad que hasta entonces parecía haberse querido ocultar al hombre. El Mont-Blanc, visible claramente desde Ginebra, constituía para él una verdadera obsesión. Y tenía la sensación de que si llegaba a ser capaz de coronar este pico podría alcanzar su sueño de llevar a cabo experiencias científicas que le proporcionarían una merecida fama. En 1760 Horace Bénedict de Saussure marchó al país del Mont Blanc y preguntó a los habitantes de Chamonix si conocían un camino que atravesara aquel laberinto de hielo, pero sabiéndose incapaz de ser el primero en intentarlo, ofrece mucho dinero al que encuentre un camino practicable hasta la cumbre del Mont Blanc. Se sucedieron varios intentos –poco serios la mayoría– hasta que en 1786, el día ocho de agosto, dos aficionados bien entrenados, Jacques Balmat y el doctor Michel Paccard –este porque quería observar un barómetro aneroide a esa altura– suben hasta la cumbre y bajan sanos y salvos. Un año después, el promotor de esta aventura, Horace-Benedict de Sausure, pisa también la cumbre, acompañado de un grupo de guías de Chamonix.











Monumento en honor de Horace-Bénédict de Saussure en compañía de su guía en Chamonix.

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